31 de marzo de 2012

Rosquillas abuñoladas

Me apetecía hacer unas rosquillitas, que son tan buenas y me gustan un montón, y busqué en la web de Su (webosfritos) una receta para no fallar y a ello me dispuse.

Lo primero que me resultó raro es que se hicieran en la buñolera (luego veréis el aparatito). Lo segundo que la masa quedase tan poco espesa. Y lo tercera que al probarlo..supiese a buñuelo!! jajaja.

Y resulta que el verano pasado en el pueblo (mi familia materna es de un pueblo de Ciudad Real llamado Alcubillas) fue mi tía a un mercadillo y trajo la buñolera, diciendo que era para hacer buñuelos manchegos -venía la receta en la etiqueta creo recordar- y se parecían bastante a estos que yo he hecho, aunque esos si eran buñuelos de verdad.




Eso si, tengo que decir que al día siguiente endurecieron algo y ya parecían más unas rosquillas, cosa que no puedo decir de los hechos en el pueblo porque volaron en 10 minutos jajaja.

Así que vamos con la receta. A mi me salieron unas 22 rosquillas.

Ingredientes:
  • El zumo de dos naranjas
  • 2 huevos
  • 5 cucharadas de azúcar
  • 120 ml de aceite de oliva
  • 250 g. de harina
  • 1 cucharada de levadura

Elaboración:

Ponemos el aceite en un cazo con un trozo de cáscara de naranja, sin parte blanca y cuando hierva retiramos la naranja y dejamos un par de minutos el aceite. Empezará a humear un montón, no pasa nada (digo yo, porque a mi me pasó igual). Y dejamos que se enfríe un poco.

En un bol mezclamos los huevos y a continuación añadimos el zumo de las naranjas, el azúcar y el aceite ya templado.

Aparte, mezclamos la harina y la levadura, que iremos incorporando una vez las tamicemos, a la mezcla anterior hasta que quede homogénea y dejamos reposar 15 minutos.

Ponemos en un cazo aceite de oliva (también sirve el de girasol) a calentar a fuego fuerte, con la buñolera dentro (he aquí la buñolera en cuestión).




Con la ayuda de un cacillo (en mi caso un recipiente medidor jaja), vamos echando mezcla a la buñolera.




Bajamos el fuego e introducimos la buñolera en el aceite hasta que se desprenda por si misma la rosquilla.




Vamos volteándola para que se haga por los dos lados poco a poco. Veréis que va cogiendo color y cuando ya esté doradita, la sacáis a escurrir en papel de cocina y aun calientes se pasan por azúcar.




Por cierto, en todo momento debe estar la buñolera caliente, para que la masa de despegue sin problemas al meterla en el aceite, así que en cuanto saquéis la rosquilla del cazo, metéis la buñolera antes de volverle a echar masa.


Y he aquí todas ellas juntas, pero no revueltas ;)




Supongo que si sois unos cuantos os la coméis en el acto, porque son muy ligeras. Yo las hice para unas amigas que venían el día siguiente a casa a tomar café, y de ahí que sepa como están recién hechas y pasado 1 día y sin duda alguna, mucho mejor recientes. 




Y nada, ya os he presentado la buñolera, de la que conocí su existencia el año pasado como os he dicho, pero que encontré sin problemas en Zaragoza para mi abuela que quería una y la cual tengo en mi poder, ya que ella no se decide a hacer nada (estos abuelos y su azúcar, ya sabéis jeje).




Así que nada, os aconsejo hacerlas el mismo día que las vayáis a comer, pero también están buenas para el día siguiente, aunque eso si, se les va el azúcar y parecen algo aceitosas (no tengo documento gráfico, ni lo pondría jajaja).

A disfrutar de la Semana Santa y a comer rosquillas, que en esta época son típicas ¿no? 

Pd.: Mirad los buñuelos del verano pasado, apetecibles ¿eh? es que mi tía Paqui tiene unas manos para la cocina, mil veces mejor que las mías, sin duda.




Y mi prima Adri, si que sabe..




Besicos y hasta pronto


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